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Ensenada, B.C.-(Con información de boletín) La bulimia es un trastorno más común en niñas adolescentes y mujeres jóvenes y aunque los afectados saben que su patrón de alimentación es anormal debido a que experimentan miedo o culpa con los episodios de ingestión excesiva de alimento, es muy difícil que recurran a atención por sí mismos.
La licenciada María Esther Rodríguez Valencia coordinadora subdelegacional de competitividad y capacitación del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Ensenada, explicó que el temor a engordar afecta directamente las emociones de quienes la padecen, ante la posibilidad de desembocar problemas depresivos.
Dijo que es un trastorno alimentario y psicológico con el que se adoptan conductas que llevan al individuo a alejarse de la alimentación saludable, al consumir comida en exceso en períodos de tiempo muy cortos -llamados atracones-, para después eliminar el exceso de alimento a través de vómitos, laxantes, ejercicio físico intenso y ayuno.
Explicó que generalmente inicia en la adolescencia o al principio de la vida adulta, en tanto que las mujeres son la población de mayor riesgo, (por cada 10 casos sólo hay un hombre); con una tasa de mortalidad de 5%; por lo que 20% de las mujeres con bulimia siguen luchando contra el trastorno después de diez años.
Señaló que una de las causas es la presión sociocultural que ocupa un lugar preponderante, ya que induce a las adolescentes a alcanzar un cuerpo delgado y si además presentan problemas de autoestima, lo compensan con un control excesivo de la dieta.
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Sin embargo, apuntó que la gravedad de las secuelas pueden ser un indicador importante de un buen pronóstico, en casos graves la persona puede fallecer como consecuencia de enfermedades provocadas por enfermedades ocasionadas por la falta de una alimentación adecuada. Este trastorno es una forma de suicidio.
Detalló que la bulimia puede causar problemas y complicaciones de salud a corto o largo plazo; tales como arritmia cardíaca, obsesión por mantener un peso corporal debajo del normal, abuso en el consumo de laxantes y diuréticos, deficiencias nutricionales, irregularidades menstruales y baja densidad ósea.
Finalmente, dijo que es la familia quien detecta los síntomas y asumir el control del padecimiento al acudir con un especialista para tratamientos cuyo objetivo sea la atención de los trastornos alimenticios y psicológicos. Recomendó por último visitar un terapeuta que con experiencia en trastornos alimenticios, a fin de que el tratamiento sea exitoso.
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