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One Punch Man.
Fotografía: Tranpan23 / cc

[Opinión]

“One Punch Man: El héroe que no puede ser vencido”

Por: Monchie Horror.

Académico en el área del arte y escritor underground, cazador de Torrents, acumulador de libros y musicalizador de fiestas. Parte de su obra ha sido publicada en revistas científicas y literarias, antologías de narrativa y dentro de las actualizaciones de las redes sociales. Es colaborador habitual en diversos proyectos electrónicos, escribiendo artículos de literatura subversiva, cine de culto, anime experimental y música indie.

Sabemos todo sobre los superhéroes y su universo. Conocemos todos los arquetipos y los lugares comunes. Cuando vemos sus historias nos damos cuenta exactamente hacia dónde va el relato: Un héroe se enfrenta a una amenaza, representada a través de un villano (que generalmente es la contraparte del protagonista) que posee un plan maestro. El héroe sufre mucho y pierde algo importante para él, pero a través de la constancia y de la reflexión acerca de su responsabilidad con la sociedad lograr superar sus limitaciones y vencer finalmente al “malo”.

A esto le podemos sumar algunas variantes: El héroe que parece morir pero mágicamente se salva, el mejor amigo del protagonista que se vuelve su antagonista, el falso villano que es parte de una conspiración, etc. Pero siempre, absolutamente todas las veces, sabemos qué personajes crecen y cuáles son meros accesorios del protagonista.

Ahora bien, lo que nos mantiene expectantes es tener la ilusión de que este héroe, a pesar de sus debilidades, va a poder salvar la situación, y va a mantener nuestros valores tradicionales intactos: estaremos a salvo de nuevo. Ahora bien, el anime One Punch Man, nos hace cuestionarnos todo lo que creemos saber de los superhéroes, en su acelerado y desconcertante paso vemos a través de Saitama, su protagonista, a un superhéroe que no puede ser vencido, cuestionándose constantemente ¿cuál es el sentido de su existencia entonces?.

Ya han existido superhéroes todopoderosos antes, como Superman o Goku, personajes que difícilmente pueden ser vencidos y siempre consiguen hacerse más fuertes.

Resulta interesante ver cómo cada uno de ellos representa a los valores de su país, o de su cultura. Por parte de occidente, Superman representa una fe cristiana, que de la misma manera apunta hacia la libertad y el individualismo.

Goku, por el lado de oriente, se ve perfilado a través de elementos budistas, y cree en la competitividad por encima de la libertad individual. Los dos buscan salvar a los suyos, pero por razones totalmente distintas.

Superman no desea combatir, lo hace cuando ya no hay remedio, él desea ante todo proteger a los inocentes, pelear no tiene realmente un significado para él. Goku, por otra parte, anhela combatir, le genera placer y el combate es una búsqueda en sí mismo, el proteger a los demás es un efecto colateral.

Sin embargo, donde estos dos superhéroes de oriente y occidente se encuentran es en su búsqueda por lo que un héroe representa. Los dos son parte de un mito y forman parte del arquetipo del héroe.

Los mitos son construcciones del inconsciente colectivo que la conciencia captura y procesa en forma de relato. Un arquetipo es un artefacto que conlleva una serie de cualidades deseadas encarnadas en una persona, objeto o idea, que representa precisamente esas construcciones propuestas por los mitos. El arquetipo del héroe se remonta a los relatos épicos de la antigua Grecia y sus cualidades siguen vivas hoy en día: el héroe posee valor y se sacrifica por su pueblo, o por la humanidad, no importa cuál sea su relato pero en su viaje siempre se referirá a nuestro propio rescate. El héroe siempre se enfrentará a sus propios miedos y por medio de la voluntad encuentra el camino para alcanzar la gloria.

Lo interesante de One Punch Man es que si bien Saitama se encuentra en una búsqueda sobre lo que un héroe representa, tiene la fuerza y el poder, pero no sabe exactamente lo qué significa ser un héroe. Él mismo dice que se ha convertido en un superhéroe por hobby, y está convencido de que debe combatir.

Mientras la sociedad de este anime especula sobre lo heroico y los valores que debe poseer un héroe, desde una posición tremendamente pasiva, de la que nunca se enfrenta a sus problemas, sólo juzga y clasifica a sus héroes. Ahora bien, Saitama no nos da lo que queremos como público, no es un héroe sumiso y sus villanos no son implacables… de hecho, la gracia del anime es que Saitama puede vencer a cualquiera con un solo golpe, no importa si es un monstruo o un dios, ambos caen sin esfuerzo.
 
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Y precisamente ahí se encuentra la virtud de One Punch Man: nos desconcierta, nos asombra, nos saca de nuestra zona de confort, nos hace preguntarnos cosas. Es cierto, este anime es una comedia, es entretenimiento, sin embargo va más allá de la risa simple o la distracción, ya que a través de la parodia se aventura a una deconstrucción de los superhéroes, más allá de lo que hizo Alan Moore con Watchmen.

One Punch Man se atreve a dar un ambiente festivo a nuestros miedos más grandes, ya que desde su comedia, desde la exageración, propone una reflexión sobre los tiempos actuales en los que parece que el mito del héroe se encuentra más vivo que nunca en la cultura popular, donde los problemas son tan graves que buscamos evasión y espectáculo, cinismo u oscuridad, Iron Man o Batman, o una familia superheroica disfuncional.

One Punch Man no nos da ni lo uno ni lo otro, es una nueva vía. No me malinterpreten, sí, es entretenimiento, pero es arte también: es una serie que no tiene guía y que no sabemos hacia dónde va. Saitama inicia una búsqueda constante sin camino y sin retorno, Cuyo valor no es saber hacia dónde va, sino el disfrutar el viaje.
 
 
 

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